No me pidas que te olvide, pues quererte es esta vida,
que me recuerda los días, en que pienso sólo en vos.
Más, si llega ese momento y puedo acaso alejarme,
tampoco pienso olvidarte, ya te entregué el corazón.
No me pidas, no te olvido, ya eres parte de mi vida,
siempre serás toda vida, que nace y muere de amor.
Que interesan los errores que mi alma falsamente,
me devuelve tantas veces, cuando lloro, sin razón.
Yo te digo, no me escuches, si acaso no te interesa,
pues no es ni deseo ciego, ni calvario, esta pasión.
Tan sólo es un sentimiento, que surgió sin meditarlo,
lo comprendo con halago y lo transformo en canción.
Quién tiene verdad absoluta, sólo podrá reprocharme
aunque pienso, que ya nadie puede una piedra tirar.
Mi vida de soñadora,¿puede acaso perturbarse?
Por hombres, que ya no saben, como vivir de ilusión.
Decidida te arrebato, volando a mis fantasías,
si me equivoco, la vida, se ocupará de mi error.
A nadie le pido cuentas, sólo el Supremo me guía,
en esta empresa, que es mía, el error lo pago yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario